En mi tiempo de niño, los maestros solían mandarnos “hacer trabajos” en las materias que nos enseñaban, y lo habitual era “ir a la Biblioteca”. Yo, que vivía por el centro de Ferrol, recurrí siempre a la municipal, que estaba en un lateral del Ayuntamiento. Allí conocí a la sabelotodo “Espasa”, de la que copiaba y copiaba su inmenso saber para luego, en casa, completar el texto “pasado a máquina” con alguna ilustración rudimentariamente manufacturada y una portada iguamente rotulada con los “Carioca”. Aquel espacio estaba vigilado por un señor y una señora que creo tenían aquella actividad a mayores de la principal, y que siempre me resultaron antipáticos por el gesto y la actitud. Y es que su misión era básicamente fulminar con la mirada a quien no se mantenía en silencio absoluto (me agobiaba hasta que se me cayera el boli al suelo) y facilitar el correspondiente tomo de aquella vasta Enciclopedia como única fuente de información, sin posibilidad la mayor parte de las veces de poder consultar algún otro libro dado que nunca me permitieron el acceso directo a los estantes.
La cosa mejoró algo en el Instituto, donde D.Saturnino, venerable maestro retirado, aportó su buena disposición para mantener la magnífica colección y asesorar en lo que podía. Pero ni allí ni luego en la muy noble de la Facultad en Santiago dejé de percibir estos espacios como depósitos fielmente custodiados donde la destreza personal y autodidacta era la única forma de sacar el mejor partido a su contenido.Es cierto que no existían ni los catálogos digitalizados, ni los ordenadores conectados en red o a Internet ni tampoco conceptos como la formación de usuarios, y por tanto la búsqueda de la información era más limitada y estos espacios proporcionaban menor accesibilidad entonces que actualmente.
Pero aún siendo hoy las posibilidades técnicas y los apoyos radicalmente mejores, seguramente muchos chavales de Primaria y Secundaria siguen sintiendo lo mismo que viví yo tantos años al entrar en una Biblioteca, por el desinterés o la ignorancia de los que en muchos Centros de enseñanza, ayuntamientos, asociaciones y obras sociales tienen la responsabilidad directa sobre estos recursos. Particularmente en nuestro ámbito docente constituye un ejercicio de responsabilidad profesional acercar al alumnado al libro fomentando la lectura individual y colectiva, acercarlo a la Biblioteca con estantes sin cerraduras ni vitrinas; interesarlos en la búsqueda de información de los catálogos digitales y de los buscadores, o en su generación y difusión con los blogs y los foros, las exposiciones y las conmemoraciones, los concursos… Esta es una tarea fundamental de formación, porque los libros y los recursos informáticos son herramientas de uso diario, y es deber de todos/as los/as que enseñamos hacer lo posible para lograr que los alumnos/as las empleen con facilidad y con gusto.
Afortunadamente en este IES sucede esto, gracias a quienes desde hace ya algunos años no decaen en su ánimo por transmitir la importancia de la Biblioteca y del Libro, siempre buscando estrategias para enganchar, difundir, acercar…; aquí este es un espacio querido por los alumnos, agradable y habitable, habitado, con una actividad que traspasa sus paredes y se cuela en las aulas, en los pasillos, en la Red. Gracias Begoña, gracias Loles, por vuestra dedicación. También a los/as demás docentes que creen en ello, lo apoyan y/o colaboran. Excelente labor.
Luis Bergantiños, Director 2008/10.
La cosa mejoró algo en el Instituto, donde D.Saturnino, venerable maestro retirado, aportó su buena disposición para mantener la magnífica colección y asesorar en lo que podía. Pero ni allí ni luego en la muy noble de la Facultad en Santiago dejé de percibir estos espacios como depósitos fielmente custodiados donde la destreza personal y autodidacta era la única forma de sacar el mejor partido a su contenido.Es cierto que no existían ni los catálogos digitalizados, ni los ordenadores conectados en red o a Internet ni tampoco conceptos como la formación de usuarios, y por tanto la búsqueda de la información era más limitada y estos espacios proporcionaban menor accesibilidad entonces que actualmente.
Pero aún siendo hoy las posibilidades técnicas y los apoyos radicalmente mejores, seguramente muchos chavales de Primaria y Secundaria siguen sintiendo lo mismo que viví yo tantos años al entrar en una Biblioteca, por el desinterés o la ignorancia de los que en muchos Centros de enseñanza, ayuntamientos, asociaciones y obras sociales tienen la responsabilidad directa sobre estos recursos. Particularmente en nuestro ámbito docente constituye un ejercicio de responsabilidad profesional acercar al alumnado al libro fomentando la lectura individual y colectiva, acercarlo a la Biblioteca con estantes sin cerraduras ni vitrinas; interesarlos en la búsqueda de información de los catálogos digitales y de los buscadores, o en su generación y difusión con los blogs y los foros, las exposiciones y las conmemoraciones, los concursos… Esta es una tarea fundamental de formación, porque los libros y los recursos informáticos son herramientas de uso diario, y es deber de todos/as los/as que enseñamos hacer lo posible para lograr que los alumnos/as las empleen con facilidad y con gusto.
Afortunadamente en este IES sucede esto, gracias a quienes desde hace ya algunos años no decaen en su ánimo por transmitir la importancia de la Biblioteca y del Libro, siempre buscando estrategias para enganchar, difundir, acercar…; aquí este es un espacio querido por los alumnos, agradable y habitable, habitado, con una actividad que traspasa sus paredes y se cuela en las aulas, en los pasillos, en la Red. Gracias Begoña, gracias Loles, por vuestra dedicación. También a los/as demás docentes que creen en ello, lo apoyan y/o colaboran. Excelente labor.
Luis Bergantiños, Director 2008/10.
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