“En un tiempo en que impera la incertidumbre sobre los
valores del mundo, sus líderes y su seguridad”, el escritor británico Kazuo Ishiguro, galardonado
este jueves con el Premio Nobel de Literatura 2017, espera que el hecho de que
alguien como él reciba este “magnífico honor” contribuya a “alentar, aunque sea
de una manera pequeña, las fuerzas de la benevolencia y la paz”.
El jurado ha destacado “sus
novelas de gran fuerza emocional que han descubierto el abismo bajo
nuestro ilusorio sentido de conexión con el mundo”. Ya desde su primera
novela, Pálida luz en las colinas (1982), la prosa de Ishiguro
ha explorado los conflictos entre la experiencia y la memoria. Tema que resulta
aún más evidente en Los restos del día (1989), su tercera
novela, que ganó el premio Booker y en cuya adaptación cinematográfica Anthony
Hopkins interpretó al mayordomo que sirve a un aristócrata inglés en los años
previos a la Segunda Guerra Mundial. “En mi carrera he mirado a individuos que
sufren enfrentándose a los recuerdos de su pasado, algo aplicable también a las
comunidades y a las naciones. Como autor, una de las cosas que me fascinan es
determinar cuándo es mejor recordar y cuándo es mejor olvidar”, ha explicado
este jueves en Londres.
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