Amanda ha desaparecido y ha dejado un reguero de pistas y mentiras a su paso. De pronto, tres jóvenes (Callie, Hal y Nia) que no parecen tener nada en común, se ven envueltos en un juego que ninguno ha buscado y que tampoco entiende…
La protagonista del primer volumen de esta peculiar octología (sí, sí, ocho volúmenes, amigos) se llama Callie. Desde hace meses intenta mantener en orden su idílica realidad en el instituto mientras su vida familiar se desmorona: su madre desapareció hace meses sin dejar ni un solo mensaje de despedida y su padre apenas es capaz de levantarse del sofá por culpa de la depresión. Con todo, Callie es popular, guapa y pertenece al grupo de las envidiadas Chicas I. Aparentemente no hay más en su mundo. Aparentemente. Pues, en secreto, también era amiga de Amanda Valentino. Una extravagante alumna que llegó de pronto y que revolucionó el instituto Endeavor con su inconformista modo de vida. Y ahora ella también ha desaparecido.
Contada en primera persona, esta peculiar novela mezcla los elementos de la típica historia de instituto americano con la no tan típica de misterios por resolver y secretos por desvelar. Además, su estilo fresco y su buen ritmo hacen que el lector no pueda soltarla hasta averiguar qué ha ocurrido con Amanda y qué tiene que ver todo con los tres protagonistas.
En plena ebullición de títulos cargados de interacción entre el autor y los lectores, éste se lleva la palma. El Proyecto Amanda nos llega de Estados Unidos cargado de contenido online donde los lectores se convierten en protagonistas del misterio. A través de sus historias, ayuda, suposiciones, dibujos y deducciones, el misterio irá creciendo y tomando forma en los propios libros.
Sí, habéis leído bien: los lectores pasan a convertirse en escritores si su versión de la historia es lo suficientemente buena. Así lo ha anunciado Harper Collins, la editorial americana, que ya ha incluido al final del primer libro el relato de una de las seguidoras de la web, avisando que en la edición de bolsillo irá el de otra persona.
Y esto es sólo el principio.
Ningún comentario :
Publicar un comentario