Gracias al blog de la editorial ANAYA recordamos un fragmento del libro de Mariasun Landa Elefante corazón de pájaro:
"El anuncio que leí en el periódico Elefantenews parecía haber sido escrito pensando en mí:
«Manada de elefantes con intereses culturales busca maestra
con espíritu dinámico y aventurero.
Vivienda en selva africana.
Dieta vegetariana.
Salario: Cien toneladas de bananas.»
Vivienda en selva africana.
Dieta vegetariana.
Salario: Cien toneladas de bananas.»
Me pareció un poco exagerado, la verdad, pero la ocasión era única y no me paré a pensarlo dos veces… Cualquier cosa era mejor que seguir enseñando en aquella escuela de arañas. Así que me cogí un avión hacia Africa, con buen humor y poco equipaje: un libro de cuentos de Rudyard Kipling, una caja de lápices de colores y mi cepillo de dientes. No necesitaba más. Al principio, lo que más me chocó fue la enorme curiosidad de los elefantes de aquella manada. Unos querían saber cuántos pares de sandalias podían llevar los Reyes Magos, otros, ver cuántas lentejas cabían en una piscina, cuántos columpios había en Europa…
—¿No sería mejor empezar por aprender a leer? —les dije yo, preocupada.
—¿No sería mejor empezar por aprender a leer? —les dije yo, preocupada.
¡Uf, aquello los enfadó muchísimo! ¡Leer!, ¡leer!… ¡
Lo que ellos querían era aprender inglés, hacer gimnasia, utilizar ordenadores o hacer un cursillo para ser astronautas!
Así empezaron mis desdichas con aquellos elefantes. Cada uno quería una cosa diferente, y todos, lo de los demás. Un follón monumental. No tardé mucho tiempo en darme cuenta de que me había metido en un buen lío.”
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