Desde el arranque de la novela, la prolífica Care Santos
deja al lector con el corazón en vilo al convertirlo en testigo del último
viaje de un joven que, atormentado, se deja caer al vacío cuando no obtiene
respuesta de la chica que le tiene obsesionado.
La acción queda aquí
suspendida para adentrarnos en la figura de Bruno, un muchacho diferente que
desde hace años vive en un centro de menores y padece ciertos episodios
psicóticos. El conflicto surgirá pues, cuando los doctores decidan
interrumpir el tratamiento y las voces de su interior afloren de nuevo por la
violencia de un espíritu furioso que lo ha poseído. Una trama manejada
con suma habilidad, en la que lo psicológico se entrevera con la intriga
sobre los orígenes traumáticos del personaje y el amor como único
asidero de esta vida al borde del abismo.
No preguntes quién soy ya en la biblioteca.
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