Miles de libros desaparecieron de las bibliotecas alemanas el 10 de mayo de 1933 y los días siguientes durante la quema de libros perpetrada por el régimen nacionalsocialista. Se calcula que sólo en Berlín, los nazis quemaron esa noche 20.000 publicaciones de filósofos, científicos, poetas, escritores. Sus nombres pasaron a integrar las "listas negras".
La quema de libros fue un acto simbólico y propagandístico, que Joseph Goebbels alabó como un día en que "Alemania había comenzado a limpiarse interna y externamente"… de excelencia académica.
Cuenta la leyenda que Sigmund Freud comentó al enterarse:
Es un gran progreso con respecto a la Edad Media. Ahora queman mis libros pero entonces me hubieran quemado a mi.Tres cuartos de siglo después, los alemanes descubren con rubor que los nazis lograron, al menos en cierta medida, su objetivo. No acabaron con Freud, Bertolt Brecht o Heinrich Mann, pero si consiguieron hacer desaparecer la obra de numerosos autores contemporáneos menores.
Es por ello que el Consejo de Cultura alemán, el Ministerio de Cultura junto al Instituto Cervantes de Berlín y la Fundación Tres Culturas, se ha propuesto dedicar el 75 aniversario de tan triste acontecimiento a la recuperación de la memoria histórica y bibliográfica de esos autores. La conmemoración forma parte del programa de actividades que dichas instituciones dedican a la defensa de la tolerancia y el debate sobre la identidad y la convivencia, con motivo del "Año Europeo del Diálogo Intercultural"
Vía Papel en Blanco
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