mércores, 14 de abril de 2010

Gianni Rodari




- Érase una vez una niña que se llamaba Caperucita Amarilla.

- ¡No Roja!

- ¡AH!, sí, Caperucita Roja. Su mamá la llamó y le dijo: "Escucha Caperucita Verde..."

- ¡Que no, Roja!

- ¡AH!, sí, Roja. "Ve a casa de tía Diomira a llevarle esta piel de patata."

- No: "Ve a casa de la abuelita a llevarle este pastel".

- Bien. La niña se fue al bosque y se encontró a una jirafa.

- ¡Qué lío! Se encontró al lobo, no a una jirafa.

- Y el lobo le preguntó: "Cuántas son seis por ocho?"

- ¡Qué va! El lobo le preguntó: "¿Adónde vas?".

- Tienes razón. Y Caperucita Negra respondió...

- ¡Era Caperucita Roja, Roja, Roja!

- Sí y respondió: "Voy al mercado a comprar salsa de tomate".

- ¡Qué va!: "Voy a casa de la abuelita, que está enferma, pero no recuerdo el camino".

- Exacto. Y el caballo dijo...

- ¿Qué caballo? Era un lobo

- Seguro. Y dijo: "Toma el tranvía número setenta y cinco, baja en la plaza de la Catedral, tuerce a la derecha, y encontrarás tres peldaños y una moneda en el suelo; deja los tres peldaños, recoge la moneda y cómprate un chicle".

- Tú no sabes explicar cuentos en absoluto, abuelo. Los enredas todos. Pero no importa, ¿me compras un chicle?

- Bueno: toma la moneda.

Y el abuelo siguió leyendo el periódico.


Seguro que te suena esta historia, ¿verdad?, su autor es Gianni Rodari, periodista, maestro y, por encima de todo, enamorado de los niños. Un indispensable por derecho propio en la literatura infantil del siglo XX. De hecho recibió en 1970 el premio Hans Christian Andersen, el máximo galardón a los autores de cuentos infantiles.

En 1999 Marc Soriano dirá de él:
"Comienza a escribir en 1950 y se impone rápidamente como el mejor escritor para niños. En cierto sentido, su inspiración es muy clásica, ligada a la corriente de la poesía popular italiana (las filastrocche, el equivalente de las coplas y retahílas). Pero lo que Rodari retiene fundamentalmente de la tradición es su aspecto revolucionario; en efecto, su arte sigue abierto a las preocupaciones más actuales de los jóvenes de hoy, tanto en la forma como en el contenido. Obras comprometidas, a menudo militantes, que se esfuerzan por desmitificar los ídolos de la sociedad de consumo, pero que, al mismo tiempo, se caracterizan por una fantasía y por una invención perpetuas."

"El fantástico de Rodari jamás es gratuito y se asemeja bastante a la anticipacion. Su tono, tan espontáneo, recuerda mucho el de los improvisadores y narradores dotados; y llaman la atención su humor, a la vez tierno y grave, y su lenguaje personal y pintoresco, repleto de juegos de palabras y de hallazgos expresivos."

Gianni Rodari murió en Roma el 14 de abril de 1980.

En la biblioteca puedes leer Contos ó teléfono, obra en la que se encuentra esa versión tan peculiar de Caperucita roja, pero gracias a la RAI también puedes leer Cuentos para jugar , otra de sus obras tan originales.

En SOL tenemos la reseñas de sus obras.


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