luns, 27 de setembro de 2021

"Ahora soy Medea"


 "Sucedió hace muchos años, una clase de latín. Sí, era el tiempo en que estudiabas griego y latín y hasta francés. Ese tiempo. El profesor se llamaba Solano y era un hombre de una intensidad bestial. Todavía resuena en mi cabeza su voz, siempre al borde del quebranto y hasta del alarido, pronunciando con acento tenebroso las inmortales palabras de Medea tras matar a sus hijos: «¡Medea nunc sum!». '¡AHORA SOY MEDEA!'.
Recuerdo su mirada enfebrecida, los ojos saltones, la mano levantada, mirándonos inquisitivo, fiero, como si fuéramos sus hijos agonizantes. Sus explicaciones, que nos dejaban boquiabiertos: «Medea no mata a sus hijos para vengarse; no hay ni un asomo de venganza en ese acto: los mata para SER, porque sólo una mujer sola, despojada de todo rastro de feminidad, de maternidad, una mujer que ha vuelto a ser YERMA, puede enfrentarse a la traición suprema del hombre que ama»....

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1 comentario :

Carmen Riobó dixo...

y, gracias a él, jamás olvidará Medea ni se quedará con una visión simplista de la obra, creo que eso es ser un buen profesor. Por lo demás, confieso que el artículo me toca de cerca, porque yo todavía recuerdo a Arturo Cribeiro, mi profesor de griego en COU y hoy gran amigo, diciéndome a voz en grito, con la cara desencajada y fuera de sí: "Entonces, señorita, dígame usted, qué xxxxxxx son los hijos de Medea? . No recuerdo ni qué le había dicho, alguna fatua ocurrencia de las que entonces me sentía muy orgullosa, sin duda, a veces sólo se las decía para provocarlo. No lo recuerdo, y él menos, pero nunca olvidaré su respuesta ni su desbordada pasión al explicar el personaje, a él, y a muchas horas de conversaciones, le debo lo que hoy soy y que me permite disfrutar de Medea y de la Ilíada, incluso de Cavafis o Seferis en su propia lengua, también a otros profesores de3 clásicas que sería injusto olvidar, pero realmente fueron Arturo y Medea los que me llevaron aquí.
Ojalá yo pudiera poner esa misma pasión al explicar Medea o la muerte de Héctor y ojalá pudiera dejar esa impresión en algún alumno; por de pronto he conseguido disfrutar de lo que aprendí y de la emoción de descubrir e investigar más y sobre todo de leer en griego y también en latín, esa emoción que me hace compadecer a tantos alumnos que desde hace años no podrán disfrutar de ese descubrimiento, ni comprender las palabras de Nikps Kazantzakis en Zorba, el griego: "Dichoso del hombre al que antes de morirse le haya sido dado navegar por las egeas aguas".
*Por supuesto las x incluyen una expresión que hoy ninguno pronunciaríamos en una clase, pero que entonces simplemente aumentaba la expresividad de las palabras sobre Medea y sus hijos.